Curiosamente existen toda una serie de películas de espionaje bajo este mismo título en las que, aunque con ello se pueda anticipar que cada una de estas contiene una misión imposible de conseguir, lo cierto es que el protagonista siempre acaba logrando completar.
No sé si este puede ser mi caso, pero en realidad puedo afirmar que hasta el momento todo parece conspirar para que mi meta de terminar otro de mis libros para este concurso concreto se quede en el aire. Hay muchas fatigas y trabas familiares, laborales o de salud que parece como si tratasen de impedírmelo, pero a su vez, dan más forma al reto y con ello me traen más aliciente. El tiempo corre mucho en contra. Dispongo de alrededor de dos meses para ello. Obviamente la precipitación no suele dar buenos resultados, y menos en este campo de la escritura, pero indistintamente del resultado final del concurso, en el que ciertamente no me importa ganar, para mi constituye un reto personal: escribir un libro en poco tiempo, con una trama realmente aceptable y que a su vez reúna los requisitos para ser presentable a este concurso.
Así pues, esta es mi particular misión. Como mucho, si se da el caso y llegado el momento, estoy convencido que podría tener un buen libro acabado, lo presente o no. Eso es lo que realmente me satisface. He de decir que hasta ahora estoy disfrutando de esta tarea como hace tiempo que no lo hacía, pero hay bastantes jornadas en los que me resulta sumamente difícil seguir la misión y mantener el ritmo que requiere. He de sacrificar muchas horas de sueño, que sumadas al hecho de que tampoco me dejan dormir bien esas pocas horas, noto que me van arrastrando hacia la fatiga y con ello también la irascibilidad.
¿Realmente merece la pena? Para mi sí. Se trata de uno de esos retos personales que dan aliciente a mi vida, que me permiten salir de las rutinas, poner a trabajar mi mente en algo creativo, con lo que disfruta. Experimentar cómo se van uniendo hechos para crear nuevas tramas y ver el rumbo que va tomando una determinada historia, es algo muy emocionante. Me siento como un explorador, que va camino de un descubrimiento nuevo y trascendental.
Ojalá sus posibles lectores disfrutasen tanto como yo lo hice mientras lo escribía.
No sé si este puede ser mi caso, pero en realidad puedo afirmar que hasta el momento todo parece conspirar para que mi meta de terminar otro de mis libros para este concurso concreto se quede en el aire. Hay muchas fatigas y trabas familiares, laborales o de salud que parece como si tratasen de impedírmelo, pero a su vez, dan más forma al reto y con ello me traen más aliciente. El tiempo corre mucho en contra. Dispongo de alrededor de dos meses para ello. Obviamente la precipitación no suele dar buenos resultados, y menos en este campo de la escritura, pero indistintamente del resultado final del concurso, en el que ciertamente no me importa ganar, para mi constituye un reto personal: escribir un libro en poco tiempo, con una trama realmente aceptable y que a su vez reúna los requisitos para ser presentable a este concurso.
Así pues, esta es mi particular misión. Como mucho, si se da el caso y llegado el momento, estoy convencido que podría tener un buen libro acabado, lo presente o no. Eso es lo que realmente me satisface. He de decir que hasta ahora estoy disfrutando de esta tarea como hace tiempo que no lo hacía, pero hay bastantes jornadas en los que me resulta sumamente difícil seguir la misión y mantener el ritmo que requiere. He de sacrificar muchas horas de sueño, que sumadas al hecho de que tampoco me dejan dormir bien esas pocas horas, noto que me van arrastrando hacia la fatiga y con ello también la irascibilidad.
¿Realmente merece la pena? Para mi sí. Se trata de uno de esos retos personales que dan aliciente a mi vida, que me permiten salir de las rutinas, poner a trabajar mi mente en algo creativo, con lo que disfruta. Experimentar cómo se van uniendo hechos para crear nuevas tramas y ver el rumbo que va tomando una determinada historia, es algo muy emocionante. Me siento como un explorador, que va camino de un descubrimiento nuevo y trascendental.
Ojalá sus posibles lectores disfrutasen tanto como yo lo hice mientras lo escribía.
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