De
las dos novelas que tenía entre manos, al final puede terminar la que
constituía mi segunda opción. Ya he presentado mi última novela al concurso de “Literatura Erótica La Vall d’Albaida”.
La suerte está echada. He tardado 40 días en escribirla a un ritmo frenético.
He estado tomando notas sobre ella constantemente, en cualquier momento y
lugar. En su creación, únicamente con el editor de textos y si los datos
facilitados son exactos, he empleado un total de 104,75 horas. Puede parecer
poco, de hecho a mi me parece demasiado poco, pero a esto habría que añadir el
uso de programas de recogida de notas, de cuyo uso no dispongo de estadísticas,
y el programa de corrección y traducción Valenciano-Castellano, que tampoco me
ofrece datos estadísticos. Pero al fin y al cabo, he de decir que he estado
durmiendo entre 3 y 5 horas cada día y no seguidas.
Así,
he tenido que robar horas a la noche, atención a mi familia y concentración en
el trabajo. El resultado creo que ha sido realmente espectacular. Si en mi anterior
trabajo (“Cama para Tres” o de su original en Valenciano, “Estima per
a tres”) disfruté mucho en su redacción, no ha sido nada comparable con
este último. He disfrutado como nunca escribiendo, pero también he de decir que
esta actividad me ha llevado a perder peso y apetito. Y si hubiese dedicado más
tiempo en su creación, habría acabado cayendo enfermo.
Resulta
increíble experimentar el funcionamiento de la inspiración. Por mi trabajo, en
el que atiendo a personas con problemas de adicciones, casi podría decir que es
el equivalente al ir puesto de “coca”. Estaba eufórico, escribiendo noche y día
sin sentir fatiga alguna y esto se trasladaba a todos los ámbitos de mi vida.
Ahora que he terminado, estoy de bajón. Necesito descansar y recuperarme.
El
resultado final, ha sido una novela erótica con un importante trasfondo oculto
entre sus líneas que trasciende a la naturaleza humana y que puede ser difícil
de descubrir y comprender si no os lo voy explicando. Cuando llegue el momento,
espero poder hacerlo. Contiene una radiografía del comportamiento de las
personas y a su vez también es una crítica social.
Escribiéndola
me he percatado que era una cosa más grande que yo, de la que se me ha
concedido el privilegio de presentárosla.
“El
Juego”, una combinación de juego de azar, de juego de mesa, de teatro,
de rol, con el que practicar el deporte del sexo con la pareja.
Si
a partir de ahora veis un hombre fregando los platos, tendiendo la ropa,
poniendo la lavadora o el lavavajillas, paseando al perro, acompañando a la
mujer de tiendas o en el parque con los hijos y con cara de desgana, dejadlo
que el pobrecito ya tiene bastante tratando de cumplir las sanciones que le ha
puesto la mujer por no saber jugar bien al juego. Apiadaos de él y no le
estorbéis, no sea que la mujer acabe dejándolo sin sexo.
Si
por el contrario veis un hombre que está mirando el fútbol, las carreras de motos,
el móvil, la videoconsola o el ordenador, dejadlo también porque el pobrecito
no conoce el juego y no sabe otra manera de ser un poco feliz.
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