Llega el momento de justificar
nuestro proyecto: por qué queremos escribir una novela, por qué es importante
para nosotros; qué podemos aportar a los lectores, a las editoriales, a las librerías o al mundo con ella. Aunque
personalmente ahora mismo no voy a justificar por qué voy a escribir una novela
concreta de entre las que tengo en mente o aparcadas a medio desarrollar, si
considero necesario argumentar los motivos por los que quiero crear novelas.
Además de lo que ya he comentado
en otro momento sobre mis habilidades o capacidad para pensar y el hecho de
materializar estos pensamientos en la escritura, principalmente quiero escribir
porque siento la inquietud y la necesidad de hacer algo más, de promover un cambio
social; me gustaría contribuir a hacer de este un mundo mejor. Esto dicho así
suena realmente ambicioso o utópico, aunque he de anotar que no soy persona que
se pierde entre las palabras o predicando. Prefiero hablar menos (o dado el
caso, escribir) y actuar más. Así pues, he hecho voluntariado durante muchos
años tratando de aportar mi granito de arena prestando un apoyo social activo,
pero mis actuales obligaciones familiares y personales ya no me dejan tiempo
que dedicar a estas actividades.
Como siempre, ahora sigo viviendo
y actuando tratando de dar ejemplo a mi entorno de personas con las que más me
relaciono, pero aún así, me gustaría hacer algo con mayor trascendencia.
No soy de los que se conforman con firmar una petición en la web para apoyar
cualquier causa, quejarme en una red social u opinar en un blog. Me gusta más
la acción en el campo de batalla, pero en esta etapa de mi vida parece que
tengo que hacer un paréntesis. Aún así, sigo necesitando o tengo deseos de
prestar mi mejor apoyo; quiero contribuir a mejorar las relaciones humanas, la
paz y la convivencia y esta es la mejor forma que ahora mismo se adapta a mi
disponibilidad y capacidades.
Me gusta la gente y veo que
muchas personas siguen buscando cómo ser feliz, cómo evitar la ansiedad, qué
hacer cuando se está triste, deprimido o solo; algunos se interesan por cómo
ser mejor persona, más inteligente o popular; también hay a quienes les
preocupan los atentados ocurridos, las epidemias, el hambre, la pobreza o los
desastres naturales… Por mi parte, como uno más entre otros tantos, yo también
sé lo que es estar solo, fuera de lugar, discriminado, menospreciado, triste,
abandonado, sin ganas de vivir, vacío; me preocupa el sufrimiento humano; me inquieta
también ver un mundo donde predominan los intereses económicos sobre las
necesidades humanas; donde hay conflictos por fanatismo religioso, guerras,
desastres naturales, falta de fe y esperanza, indiferencia…
¿Qué puedo aportar con mis libros
que no pueda aportar un psicólogo, un policía, un juez, un médico o un
farmacéutico? Aunque esta es una pregunta difícil, a mí me gustaría aportar
libros diferentes, que además de entretener, hagan ver y sentir al lector; que aporten
un contenido que pudiera ser útil para el desarrollo personal o para afrontar
determinadas situaciones en la vida; libros que permitan sensibilizar y dar a
conocer la realidad de otras personas; que nos hagan entender porqué actuamos
de determinada manera; que sirvan para despertar la conciencia, emociones y
sentimientos; libros que en esencia retraten las profundidades de la naturaleza
humana y donde nos llevan nuestras acciones y actitudes o que también es
posible vivir de un modo diferente.
Todo esto aún interesa, se
necesita aquello que yo podría aportar o hacer ver, es vendible. Si sigo con la
auto-publicación, estos libros estarían disponibles para los lectores a precios
muy competitivos porque no hay intermediarios ni colaboración alguna, aunque
quizá tampoco lleguen muy lejos dado que no soy un autor conocido y estas vías
siguen estando limitadas; no cuento con traductores, o con la difusión, calidad
y corrección que podría otorgarme una editorial. Pero bueno, todo se andará. Yo
seguiré dando mis pequeños pasos llenos de ilusión y esperanza.
No necresitas justificar tu deseo de escribir. Se escribe porque hay una fuerza interior que te empuja a hacerlo. Se escribe porque no se puede evitar, lo mismo que no puedes evitar respirar o como necesitamos del agua para hidratar nuestro organismo; se escribe simplemente porque se quiere escribir.
ResponderEliminarYo se lo que es eso.
Muchas gracias por comentar. Está claro que podemos escribir por un deseo interior, pero por mi parte, aunque pueda parecer ambicioso o inconformista, no quero escribir sin más, porque lo sienta y me guste. Realmente me gustaria verle una utilidad y un proposito mayor que lo que yo pueda querer. Quizá se deba a ese deseo de trascendencia innato del ser humano.
ResponderEliminargracias
ResponderEliminarpero esto lo que hacer en una justificación si es así gracias
ResponderEliminar