Dicen que la letra con sangre entra, pero resulta
curioso que con los profesores que tuve, en vez de fomentar el gusto
por el lenguaje, la filosofía y la literatura, provocaron en mi lo
contrario, hasta tal punto, que preferí hacer un bachiller de
ciencias, cuando a mí tampoco me gustaban las matemáticas ni la
física.
Así una edad un poco tardía para fomentar y
adquirir el hábito y placer de la lectura, por mí mismo descubrí
este maravilloso mundo de la mano de AlbertoVázquez Figueroa y sus historias como “El perro”,
“Yaiza”, “Cienfuegos”, “Tuareg”…
Poco después descubrí los libros de IsabelAllende como “Paula”, “La casa de los espíritus”, “El
reino del dragón de oro”, “La hija de la fortuna”…
De GabrielGarcía Márguez, sin dudarlo que quedo con “Cien años de
soledad”, cuyo descubrimiento me pareció lo más sorprendente de
mis breves andares literarios.
Descubrí también a NicholasSparks y su “Mensaje en una botella”, que fue el libro que
más ávidamente leí, y aún me siguen gustando sus novelas y
adaptaciones llevadas al cine.
Y con el tiempo llegó JoséSaramago, con las historias más increíbles que había leído
hasta el momento: “Ensayo sobre la ceguera”, “Las
intermitencias de la muerte”, “El hombre duplicado”, “Todos
los nombres”, “El evangelio según Jesucristo”… que son sin
duda muchos de mis libros favoritos.
Igualmente se encuentran en mis estanterías
bastantes libros de JorgeBucay, Paulo Cohelo y
alguno de Louise Hay.
Por el camino también hay otros autores quizá
menos conocidos que me han sorprendido con algunas de sus obras y que
también ocupan un lugar entre mis estanterías.
En cuanto a libros concretos se refiere, me quedo
con todos los de Saramago, los de Jorge Bucay e Isabel Allende,
además de “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”, las
trilogías “Millenium” y “Cincuenta sombras de Grey”, “Les
mans de la deixebla”, “Favor por favor”, “La sombra del
viento”, “Las perlas peregrinas”, “Braveheart”, “Los
pilares de la tierra”…
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