viernes, 9 de abril de 2021

TALLER DE RELAJACIÓN: sesión 4

Nos recostamos en un sofá o sillón cómodo, procurando estar bien tranquilos.
Si hay algo que nos molesta, lo quitamos y nos acomodamos bien.
Nos vamos a centrar en cada una de las partes de nuestro cuerpo.
Empezaremos concentrándonos en nuestra respiración.
Cogeremos aire por la nariz llenando nuestros pulmones y expulsándolo poco a poco por la boca.
Seguimos observando nuestra respiración, dejando que nuestro abdomen se vacíe cuando expulsamos el aire, dejando que nuestra respiración siga su curso natural, fluyendo sin esfuerzo.
Nos vamos relajando poco a poco, notando la respiración y percibiendo todo nuestro cuerpo, que vamos a recorrer con nuestra mente.
Empezaremos por los pies. Nos concentramos en ellos, como si los estuviésemos viendo. Los sentimos. Notamos como nuestra sangre fluye por las venas y llega hasta los pies. Mostramos gratitud hacia nuestros pies que se encargan de sostener todo el cuerpo
Ahora nuestra mente hace un recorrido por las piernas. Nos centramos en ellas, sintiéndolas fuertes, capaces de desplazarnos de un lugar a otro.
Vamos subiendo poco a poco y nos detenemos en nuestros muslos. Sentimos cómo la vida llena nuestro cuerpo y fluye por él.
Agradecemos a nuestras piernas la capacidad de llevarnos de un lado a otro.
Nuestra respiración es tranquila. Estamos relajados. Notamos como se llena nuestra barriga de aire.
Nos concentramos en ese movimiento suave. Recorremos el pecho con nuestra mente. Observamos cómo se mueve con la respiración, relajada, suave.
Agradecemos a nuestros pulmones su trabajo constante, proporcionándonos aire para vivir.
Ahora recorremos nuestros brazos poco a poco con nuestra mente, sintiendo que están relajados, sin tensiones.
Llegamos hasta nuestras manos y nos detenemos en ellas. Agradecemos a nuestras manos su función y todo lo que podemos hacer con ellas.
Seguimos recorriendo cada una de las partes de nuestro cuerpo con gratitud por todo lo que podemos hacer con él.
Nos centramos en la cabeza, por la que circulan nuestros pensamientos y recuerdos.
Buscamos los mejores recuerdos y nos detenemos unos instantes para repasarlos y llenarnos de paz y alegría.
Notamos como estamos tranquilos, relajados, en calma.
Nuestro cuerpo se encuentra libre, sin tensiones. Nos quedamos así, centrándonos en la respiración. Nos sentimos en paz.
Dejamos que nuestros pensamientos pasen de largo, sin centrarnos en ellos dejando que lleguen y que se vayan de forma fluida, sin juzgarlos.
Seguimos observando nuestra respiración y empezamos a contar poco a poco: cinco, cuatro, tres, dos, uno.
Abrimos los ojos y lentamente nos vamos incorporando.

MÚSICA: https://www.youtube.com/watch?v=WVmNReVHEiQ

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