domingo, 31 de octubre de 2021

Windows y la neuroplasticidad

 

Es Halloween y aprovechando unos fragmentos de mis dibujos para otro cuento, me despido en parte de uno de mis sistemas operativos favoritos. Digo en parte, porque alguno de mis equipos, por el momento no son compatibles con el nuevo sistema operativo de Microsoft, aunque estoy tentado de instalarlo igualmente.

He de decir que empecé mis andaduras informáticas con Windows 3.11, habiendo pasado por las ediciones 95, 98, 2000, XP, Vista y Windows 10. Windows Me o Millenium fue la única versión de la que pasé de largo. Las ediciones 8 y 8.1 solo las utilicé en máquinas virtuales porque no me acababan de gustar. También hice uso durante mucho tiempo de otros sistemas operativos basados en Linux, cuyo universo fue apasionante descubrir, aprender y utilizar.

Pero salvo necesidades específicas, acabé regresando a Microsoft y para mí, Windows 10 fue la mejor de las ediciones creadas, con un menú inicio muy personalizable, al igual que una barra de tareas muy funcional.

Ahora, parece que llega el momento de decirle adiós, no por decisión propia, sino porque lo queramos o no, el mundo evoluciona y ello requiere adaptarnos a los cambios y dejar atrás toda forma de apego.

Es ahí cuando entra en juego la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para adaptarse a las circunstancias. Esto es algo que me resulta especialmente importante, que me hace sentir joven, que mantiene encendida la llama del aprendizaje constante y me anima a superar los cambios y retos y no aferrarme a nada.

Así pues, estuve poco tiempo probando una máquina virtual con Windows 11 y no me acababa de convencer, especialmente por las limitaciones del menú inicio y la barra de tareas. Pero, aun así, instalé el nuevo sistema operativo tan pronto como se publicó una versión estable del mismo y sin que hubiese llegado en forma de actualización a mi equipo.

Unas semanas después, sigo utilizándolo como sistema operativo principal, notificando aquello que no me gusta o que observo que no acaba de funcionar bien para aportar mi pequeño grano de arena en su mejora.

He podido ver y acompañar los cambios del menú inicio a los que estaban acostumbrados todos sus usuarios y que siempre han ido rodeados de cierta controversia ante las modificaciones más importantes que se han ido aplicando.

Una parte de sus consumidores han querido ser fieles a ese menú inicio en forma de lista desplegable desde la esquina inferior izquierda, oponiéndose a sus posteriores variaciones y buscando métodos alternativos para recuperar esa funcionalidad. Aquí he de decir que, al instalar el último sistema operativo de Microsoft, también busqué formas de devolver la funcionalidad de este menú de inicio propia de la edición anterior. Pero esto duró poco y me lancé al cambio, forzando a mi mente vencer temores y apegos, a adaptarse, a volver a aprender, a buscar formas de cubrir mis necesidades y preferencias.

Al fin y al cabo, esto es lo que más me atrae de la informática. Es un apasionante mundo lleno de cambios y retos que requieren la adaptación de la persona usuaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

© Daniel Balaguer, Aviso Legal, Política de Privacidad
Acceso Enlaces Mapa