Uno de mis muchos defectos es que soy una persona introvertida, reservada, quizá algo fría y distante y además con carácter. ¡Casi nada! Vamos, que mejor ni acercarse.
También he tenido mis complejos e inseguridades por mi físico y dificultad de pronunciar la R. Así que no soy persona puesta a exhibirse ni dar conferencias, y menos a grabarse en vídeo.
Dicho de otro modo, soy como un ratón de biblioteca. Me encanta analizar, pensar, planificar en solitario, observando el mundo desde la seguridad de la retaguardia y royendo conocimientos sin hacer ruido por si me descubre el gato. Tal vez estas podrían considerarse algunas de mis virtudes. Para otros denotar cierta cobardía. Aunque quizá también la mejor de mis posibles virtudes es que me gusta afrontar mis propios miedos.
Así, puedo reseñar que nunca me he considerado un emprendedor. En cierta medida prefiero la estabilidad de un buen trabajo, pero paradójicamente soy una persona a la que también le gusta el cambio y forzar mi capacidad de adaptación y aprendizaje, cosa que me hace sentir un poco más joven y útil de lo que pueda ser.
Por ello, hace un tiempo que voy dando pequeños pasos para emprender un proyecto de inserción laboral y otro de gestión de equipos de trabajo que van de la mano. Se han ido cociendo durante años, sembrados desde mis defectos. Abonados con aprendizajes muy diversos y trabajo, porque me curiosamente soy una persona a la que le gusta trabajar, tanto como a otras personas les pueda gustar ver el fútbol, beberse una cerveza bien fresca o comerse un bollo de chocolate.
También me gusta aprender a hacer las cosas por mí mismo. Ello me ha llevado a saber un poco de todo. Sí, también he vivido a la sombra del dicho “Aprendiz de todo, oficial de nada”, pero como soy una persona meticulosa y exigente conmigo mismo, aunque en realidad no sea oficial de nada, puedo afirmar que sé hacer de todo y sin caer en excesivos elogios hacia mi propia persona, igualmente puedo decir que se me da bastante bien.
Así, mis trabajos y todas esas destrezas que he ido adquiriendo a lo largo de los años, que me han llevado a iniciar actividades diversas como escribir libros, dibujar cuentos, crear documentos, catálogos, carteles, portadas, páginas web o incluso hacer bricolaje de envergadura, entre muchas más cosas, empiezan a tener sentido con el proyecto que finalmente he denominado SNAILWORK.
Según se refleja en la descripción del mismo, se trata de “una plataforma web para el impulso de perfiles profesionales, recursos y talentos personales que fomenta la inserción laboral y promociona las empresas, sus productos y servicios mediante el video, ofreciendo soluciones concretas a las necesidades, problemas, dificultades o tareas de empresas y ciudadanía”.
Ha llegado el momento de salir de la biblioteca; de salir mi zona de confort; de dejar de presentar tímidamente la idea, recoger opiniones, sugerencias y correcciones de aquí para allá; de pulirlo y adaptarlo una vez tras otra… Ya toca empezar a ponerlo en marcha.
Aunque he de admitir que es algo que me asusta mucho y de algún modo veo que he ido retrasando demasiado, porque he preferido ir analizando y puliendo detalles con los que podría pasarme la vida entera sin ver nada perfectamente disponible para poner en marcha, ya puedo decir que es algo operativo. Un primer prototipo que pulir sobre la marcha sin saber cómo acabará, pensando que puede irse al traste o alzarse como algo que permita a generar trabajo a mucha gente, potenciando esas capacidades humanas que forman parte de cada persona.
De la mano va el Método DIDAC, que es un sistema de organizar y gestionar equipos de trabajo, basado en metodologías ágiles. Sirve para favorecer el buen ambiente de trabajo y la comunicación y ejecutar las tareas de una manera más democrática y eficaz, evaluando todo su hacer para introducir las pertinentes correcciones y mejoras.
Tras los correspondientes registros en la propiedad intelectual y alguna presentación en concursos y centros de formación para ir trabajándome mis nulas habilidades para hablar en público y "vender" la idea, se acerca el momento de sacarlo a la luz, solo o acompañado si alguien se quiere unir en este camino.
Llega la hora de retomar la escritura, de grabarme en vídeo, de hablar sobre el mundo laboral… Y mostrar lo mejor de cada persona a través de este proyecto.
El camino acaba de empezar.
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